Y que se va la maldita

Es bien sabido que cuando una persona a cargo de un área se va de la empresa, alguno de sus subordinados se quedará a cargo. Esto no sólo llega con las consabidas congratulaciones y todo el peso de las nuevas responsabilidades para el “afortunado”, sino que, además hay que tener en cuenta que los jefes o superiores también son un filtro de toda la mier… que cae desde arriba. Y entonces aquél infeliz por fin renunció, la bruja maldita por fin murió… ¡¿Quién se queda con el puesto de los tamales? 

  

Sorpresa, sorpresa. En este punto los de más arriba ya sabían de la renuncia y muy seguramente ya escogieron a alguien quien creen ¿es el más adecuado?

¿O sea… yo no? No fuiste tú? Entonces considera estos puntos:

Qué tan eficiente has sido al desarrollar tu trabajo?

 Si lo que te piden lo haces, pero te toma más de lo debido (en tiempos y/o recursos) puede que necesites ordena prioridades y acelerar tus tiempos, así como evitar pequeñas tareas / cosas innecesarias que te quitan tiempo

Eres positivo?
 A nadie le gusta estar con Don Limón el Agrio, si a todo le ves un no, es tiempo de cambiar un poco de actitud. Observa cuidadosamente de donde viene esa negatividad, a todas las propuestas les dices que no? Entonces propón algo también y mantente abiero (a) a la opinión de los demás.

Te quejas de cuanta actividad te ponen?
                Si sólo vas a trabajar para quejarte mejor busca otro empleo porque claramente no es lo tuyo. Busca cambiar de departamento o área, identifica si las tareas que desarrollas son realmente para lo que te contrataron, habla con tus jefes y con RRHH y decide si vale la pena seguir trabajando ahí.

Tienes la experiencia suficiente?
                Si trabajas, le echas ganas y tienes la actitud, pero… híjole, te falta la experiencia!! En ocasiones esto será lo que detenga tu escalada en la empresa, pero no desesperes, si realmente crees que la oportunidad debió ser tuya, habla con tus jefes, expo tu caso (SIN RECLAMAR!!!) yve que te faltó para ser el elegido.

Y esté (á) quién es?
                No fue nadie el elegido? De repente apareció una persona en esa codiciada silla que ya te habías visto agenciándotela sin pudor alguno? No te cierres, dale una oportunidad e investiga (sin parecer chismoso –a-) porque se supone que está ahí  (y no sólo asumas que para amargarte la vida). Platica con tus jefes (o superiores de tu jefe si es posible, habla con él/ ella y checa sus credenciales o experiencia, puede que te lleves una grata sorpresa. Recuerda que al final los de arriba (en teoría) sólo hacen lo que es mejor para la empresa.

Uhh joven, semos de bajos recursos.
                -que siempre no hay jefes, la cosa va mal (según) y para ahorrar dineros, no hay más jefe de área, entre todos se reparten las actividades del occiso y se apechugan. Esto para algunos puede sonar muy injusto, pues sólo significa que además de todo el trabajo que ya tienes, te van a poner más que aparte, ni siquiera te correspondería. Pero ojo! También puede ser una ventana de oportunidad perfecta. Estas situaciones requieren de un líder, alguien que pueda organizar a los demás y que pueda ayudar en los procesos del área, aunque sí, con sus consecuentes sacrificios. Si decides aventarte el paquete deberás tener en cuenta que vas a trabajar el doble y por el mismo salario, pero de aquí puede que te tomen en cuenta para el puesto que tanto anhelas.

Si aun así, consideras que el asunto es injusto y no hay caso ni en hablarlo, considera si vale la pena seguir en la empresa. En ocasiones como trabajadores ya no estamos conformes con nuestro ambiente, lugar, salario, posición, actividades, etc. Por ello, si realmente no es lo tuyo seguir ahí,  considera que tan fácil es encontrar otro empleo en tu ramo, comienza con tu búsqueda y prepara tu renuncia, porque todo eso lleva su tiempo, preparación y procesos, aunque eso ya es tema para otro post.

Nota. Este es un post ya viejillo que había escrito en un pedazo de papel pero como lo encontré pues lo posteo