"A quien me lo pregunta le contesto siempre con la verdad: las putas no me dejaron tiempo para ser casado."
-Gabriel García Marquez, Memoria de mis Putas tristes
Muchos de
nosotros los “rancheros de provincia” (como nos ven algunos chilangos), hemos
escuchado historias terribles de la capital. Que si asaltan los microbuses, que
si matan de gratis en el metro, que si anarquía total en Tepito, que si esto, que si lo otro. En fin, el punto es que en ocasiones pintan la ciudad como lo
más feo del mundo después de las zonas golpeadas por el narcotráfico.
Naturalmente con
eso en la cabeza, cuando llegué por primera vez acá, no quería ni asomarme a la
puerta, mucho menos salir a explorar la ciudad. Eventualmente me vi forzado a
hacerlo. Por supuesto comencé por donde vivo, Tlatelolco, pero cuando me
aventuré a (léase perdí por) las zonas
aledañas…
La Lagunilla,
Tepito y La Merced… Pura zona nice. Y justo fue en ese orden, por andar de
babas viendo ropa, animes y demás cosas que venden en la Lagunilla sin saber
como ni por qué, terminé por Tepito, como ya sabía yo que esas no eran zonas
para andar y menos no siendo local, con toda la prisa se me ocurre no fijarme
para donde voy y que termino junto a las prostis de La Merced.
Entre gente de
caras nada amables, el apuro por haberme perdido y las muchachas estas que sin
empacho alguno lanzan piropos tipo -“ven papucho papuchi vámonos al hotel
[sic]” y otra que sólo me hacía como si fuera gato –“pst, pst, ven güerito
ven”. No faltaron en el horizonte
aquellas grandes…ajem… “estrellas” de la calle entre trannies, tvs, vil
vestidas, gorditas, chichifos, unas más feitas que el hambre las pobres, etc.
Pues si, me arrancheré siendo la primera vez
que semejante cosa me pasaba. Ya las había visto antes, en la tv o desde el
coche pero de eso a que ya me quisieran violar en plena calle pues como que no…
así que le corrí, despacito y sin voltear atrás para que no vayan a decir nada,
con susto prisas y todo, preferí cruzarme a media calle (con luz roja de por
medio obvio) y terminé saliendo cerca del zócalo.
Y así fue, mi
aventura por la merced… ya después me contaron cosas bien feas de por allá, pero
bueno eso es para otro post.
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